Un sistema de gestión de calidad es una herramienta muy potente para cualquier organización cuando la misma entiende su para qué. Entender esta función es comprender en dónde nos puede potenciar.
Una de las formas importantes para potenciar este sistema de gestión y conseguir impacto en nuestra organización es definiendo objetivos que realmente la desafíen. Estos últimos se denominan objetivos de la calidad.
Sin embargo, más allá de que correspondan al sistema de gestión de calidad, estos objetivos son potenciadores de cualquiera de los procesos con los que estemos trabajando. Para que tengan sentido en la organización tienen que estar basados en la política de calidad que definió la dirección.
Es importante que la dirección defina la política de calidad y los objetivos estén fundamentados y le hagan sentido. Cuando eso ocurre, realmente estamos logrando cumplir con la estrategia en aquel lugar donde la dirección quiere dar un servicio mejor o punto de cambio.
Teniendo en cuenta esto, un sistema de gestión de calidad pasaría a ser la forma de materializar esa mejora continua, ese cambio y ese salto de escalón. En resumen: tenemos un sistema de gestión de calidad, una dirección involucrada y tenemos objetivos que le hacen sentido a toda la organización.
Te invitamos a pensar si los objetivos que pusiste son realmente un desafío para tu organización y si pueden ser saltos de calidad.
Alienate al para qué de tu empresa, y encontrá los objetivos necesarios para potenciarla, y llevala así al próximo nivel.